todas las lámparas fluorescentes contienen mercurio. Por ejemplo, un
tubo fluorescente de 120 cm contiene entre 15 y 25 mg de ese metal. De manera similar,
un tubo fluorescente compacto, también llamado foco ahorrador, contiene entre 2
y 4 miligramos. Ese tipo de lámparas tienen una vida una vida útil muy superior
a la de una lámpara incandescente y requieren de menores cantidades de energía
eléctrica para funcionar, lo que significa que por ejemplo al usar un foco
ahorrador se produce 5 veces menos bióxido de carbono que al usar una lámpara
incandescente similar. Sin embargo, debido a su contenido de mercurio, la
disposición inadecuada de lámparas fluorescentes es un problema ambiental porque el mercurio es un metal tóxico para animales y humanos. Por esa
razón las lámparas fluorescentes no deben desecharse con el resto de los
residuos urbanos. |
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